Cuando reducimos la velocidad de la extracción estamos reduciendo tanto el consumo energético del motor como la pérdida de aire acondicionado (frío o caliente). Además de este ahorro en consumos, alargamos la vida del propio motor, tanto por no hacerlo trabajar en todo momento al máximo régimen (reducción del estrés mecánico), como por pasar a ser el variador de frecuencia el elemento que recibe la descarga de encendido (al encender la extracción el motor pasa de 0 a 100 al pulsar el interruptor de encendido y con un variador este ascenso es progresivo) y no lo haga para llevar el motor al 100% de su capacidad si no al ritmo de trabajo que necesite la cocina. Ello también repercute en la reducción de los costes de mantenimiento y reparación (mayor durabilidad de las correas y el menor deterioro de los rodamientos de los extractores).
En definitiva, el sistema Melink lo que proporciona es la mayor eficiencia aplicada al servicio del sector hostelero para maximizar el ahorro y minimizar las pérdidas. Maximizas el ahorro al regular el/los motores en función de las necesidades de extracción de la cocina en todo momento; minimizas las pérdidas al controlar el volumen de aire que se lleva la extracción según el ritmo de trabajo de la cocina. De la misma manera que todo el mundo considera un derroche poner el aire acondicionado y dejar abiertas las ventanas del salón, si una cocina evacúa 20.000 m3 de aire a la hora, cuando no necesita sacar más de 12.000 m3 es igualmente un derroche que podemos evitar con el sistema Melink. Si vamos al gráfico del apartado 6 de la pestaña funcionamiento, el espacio en rojo es igual al volumen de aire no evacuado, sabiendo que en una parte importante de ese aire se invierte energía (por la depresión en la que se encuentran las cocinas), el ahorro es evidente.
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